Escrito por la Nuria Roda, Dra. en Química Orgánica
La N-acetilcisteína (NAC) se ha utilizado como fármaco durante años para tratar diversos virus y patologías. Y, según algunos estudios recientes, parece estar demostrando una eficacia más que significativa en el tratamiento de la COVID-19. Te contamos para qué sirve la NAC.
¿Qué es la N-acetilcisteína y cuáles son sus efectos en el cuerpo?
Es un componente que proviene del aminoácido L-cisteína. Los aminoácidos son partículas elementales presentes en las proteínas. La L-cisteína, en concreto, tiene una serie de propiedades muy importantes, entre las que destacan su capacidad antioxidante y su efecto mucolítico.
Empecemos por su capacidad antioxidante. Cuando hablamos a nivel celular, por oxidación nos referimos principalmente al envejecimiento o a la muerte. Son los radicales libres (aquellos que se han formado a partir de una ruptura celular) los que producen ese envejecimiento. Pero tu cuerpo, como ante casi todo, también cuenta con defensas para hacer frente a este proceso natural, y ralentizarlo.
Concretamente, lo hace a través del glutatión. Este es un tripéptido que se encuentra presente en las células y que tiene el objetivo de protegerlas de la oxidación que puedan sufrir. El problema es que, con el tiempo, se deja de producir esta sustancia de manera natural. Lo que acelera el proceso de envejecimiento. Para que se produzca dicha sustancia es necesaria la L-cisteína. De ahí su importancia y su influencia dentro de los procesos antioxidantes de tu propio cuerpo.
Para qué sirve la NAC, una gran aliada de la salud
Al ser un componente tan importante, es natural que tenga una gran cantidad de usos en la medicina integrativa y moderna. A continuación resumimos algunos de los más relevantes y extendidos.
1. En el ámbito de enfermedades y problemas cardiovasculares
Precisamente gracias a la implicación que tiene en la producción de glutatión. Ante un ataque cardíaco, por ejemplo, puede ayudar a mantener más fuerte y sano el corazón y reducir, incluso, el impacto del ataque. En una línea parecida, su presencia disminuye el porcentaje en la sangre de homocisteína, sustancia que suele tener una implicación directa en enfermedades de carácter cardiovascular, y tiene propiedades de vasodilatador (1).
2. Ante colapsos pulmonares, tanto totales como parciales
Es una solución muy popular y bien conocida a la hora de eliminar cualquier tipo de secreción que se originara en las vías respiratorias.
¿Cómo lo consigue? Pues a través de la destrucción y eliminación de las cadenas de mucinas. Estas son las que conforman las estructuras que forman el moco. Así, puede eliminar aquellas secreciones que más se hayan pegado o solidificado dentro del sistema respiratorio. Como son esas mucosidades más espesas y adheridas que pueden crear una infección importante de pulmón (2).
3. Ante envenenamientos producidos por sustancias tóxicas como acetaminofén
La NAC es muy útil para eliminar las toxinas del cuerpo. De hecho, también se puede utilizar para reducir los efectos del alcohol u otro tipo de sustancias. Sirve, por tanto, para detoxificar (3).
4. Ha demostrado su utilidad frente a la fibrosis quística
Principalmente por su efecto mucolítico y también por la capacidad de producción de glutatión. En aquellos pacientes que sufren la fibrosis se suele detectar una falta grave de este componente en sangre, fundamental para evitar la oxidación y para controlar el avance de la enfermedad (4).
5. Buenos resultados al combatir enfermedades neurológicas
Precisamente gracias a la capacidad antioxidante y de prevención del envejecimiento celular, está cosechando resultados prometedores a la hora de luchar contra enfermedades neurológicas, como pueden ser el alzhéimer, las neuropatías o la epilepsia (5).
6. Sirve para la recuperación del cuerpo después del ejercicio
¿Por qué? Cuando se practica ejercicio a niveles elevados, se produce una pérdida de glutatión en la sangre. Por eso, la N-acetilcisteína, al liberarlo en sangre, es capaz de corregir este desequilibrio (6).
La NAC frente al Covid-19
Un compuesto tan prometedor en tantos ámbitos no ha dejado de sorprender, y los últimos estudios han indicado también que puede ser un fármaco o una medida extra en la lucha contra la COVID-19 (7). ¿Quieres saber por qué?
El motivo descansa en una similitud o paralelismo entre los síntomas de la COVID-19 y el SDRA (el síndrome de dificultad respiratoria del adulto) (8).
En el caso de este síndrome, un cuerpo infectado suele desarrollar tres síntomas diferentes: la producción de mocos, una respuesta inflamatoria más severa, y coagulopatías y endoteliopatías. Estas tres ramas de síntomas se ajustan bastante a lo que sucede en el caso de la infección por coronavirus. Por lo tanto, cabría suponer que, ante síntomas tan similares, una respuesta paralela podría ser igual de funcional.
¿Y cómo actuaría la NAC ante la COVID-19? ¿Qué procesos sigue? Te los explicamos.
Empecemos por la producción de mocos. En este caso, como ya vimos, la N-acetilcisteína tiene propiedades mucolíticas. Esto quiere decir que sirve para eliminar aquellas secreciones de mocos que se han quedado adheridas al tracto respiratorio. Y que, por lo tanto, pueden dificultar la recepción de oxígeno o, incluso, llegar a infectarse. La expectoración, por lo tanto, será más sencilla.
Otra rama de ataque frente al virus se concentra en torno a las citoquinas. La infección produce un aumento de estas, que pueden a su vez producir sepsis (que es la que puede derivar en una infección respiratoria). Y actuará precisamente contra ellas, reduciendo su presencia en el organismo para, así, mitigar el riesgo de sufrir infecciones más peligrosas (9).
Finalmente, una tercera vía de ataque del virus es a través de los trombos articulares que puede llegar a producir. También aquí, gracias a su efecto antitrombótico, la NAC podría ayudar a los pacientes más graves a no desarrollar un cuadro todavía más complejo.
Como has podido ver, no solo hay una respuesta a para qué sirve la NAC. Ya que son muchos los supuestos en los que puede actuar como una solución eficiente y como una ayuda para enfermedades de todo tipo. De ahí que siga despertando tanto interés en los campos médicos y científicos.
La N-acetilcisteína (NAC) se ha convertido en uno de los fármacos de moda. Con una tremenda cantidad de propiedades, lleva mucho tiempo empleándose como un fármaco prometedor que, actualmente, está incluso logrando resultados positivos contra la COVID-19.
¿Qué es la NAC y qué función puede cumplir en tu cuerpo?
Se trata de un elemento que se deriva del aminoácido L-cisteína. Los aminoácidos son partículas que tienen presencia dentro de las proteínas. De entre todas las propiedades, las que más destacan son su capacidad antioxidante y su efecto mucolítico.
Referencias bibliográficas:
- Crane FL. Biochemical functions of coenzyme Q10. J Am Coll Nutr. 2001 Dec; 20(6):591-8.
- Gordon M. Antioxidantes dietéticos en la prevención de enfermedades. Nat Prod Rep 13 (4): 265-73, 1996
- Mizuno K et al. Antifatigue effects of coenzyme Q10 during physical fatigue. Nutrition. 2008 Jun;24(6):616
- Siemieniuk E, Skrzydlewska E. Coenzyme Q10: its biosynthesis and biological significance in animal organisms and in humans. Postepy Hig Med Dosw (Online). 2005;59:150-9.
- Sánchez-Cuesta A, y colaboradores. High coenzyme Q10 plasma levels improve stress and damage markers in professional soccer players during competition, International Journal for Vitamin and Nutrition Research, junio 2020.
- Mortensen SA, et al. The effect of coenzyme Q10 on morbidity and mortality in chronic heart failure: results from Q-SYMBIO: a randomized double-blind trial. JACC. Heart Fail. 2,641-9 (2014)
- Folkers K, Wolaniuk A: Investigación sobre la coenzima Q10 en medicina clínica y en inmunomodulación. Drugs Exp Clin Res 11 (8): 539-45, 1985.
- Vafa M. Can coenzyme Q10 supplementation effectively reduce human tumor necrosis factor-alfa and interleukin levels in chronic inflammatory diseases? A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Pharmacol Res 2019; epub ahead of print